En el evangelio de Juan a los milagros que hizo Jesús
se les llama signos, para dar a entender que ese milagro tiene un significado.
Los signos manifiestan la Gloria de Dios (el amor de
Dios) a aquellos que están dispuestos a seguir la dinámica de la fe. Así es
como Jesús hace crecer la fe de sus discípulos (aunque no todos lo que vieron
los signos creyeron).
El milagro nos invita a descubrir el misterio de la
persona de Jesús y no quedarse solo en lo portentoso.
En el evangelio de Juan, tenemos primero un signo y
después un discurso.
Por ejemplo, en el capítulo 6 hay 2 signos, el de la
multiplicación de los panes y Jesús caminando sobre las aguas.
Los dos signos están colocados al principio del
capítulo y sirven para entender el discurso posterior de Jesús, en el que dirá
“Yo soy el pan de vida”.
Son palabras duras que no se pueden entender si antes
no se ha visto la gloria que se da en la multiplicación de los panes.
Los signos preparan a los discípulos para que puedan
entender y aceptar la revelación por palabras del discurso que se expone
después.
Primero se actúa en lo que se hablará después: El pan
que se multiplica en abundancia y que sacia a la muchedumbre es el preámbulo
del pan que nos revelará luego la identidad y misión de Jesús. El pan que les
da primero, es muy inferior al pan de vida que les dará después.
Como Jesús es capaz de dar de comer a una muchedumbre
y de caminar sobre las aguas, es capaz también de decir que el que viene a mi
no tendrá hambre.
El mismo Jesús que dice “recoged los pedazos que han
sobrado, que nada se pierda”, luego dirá “esta es la voluntad del que me ha
enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último
día”.
El Jesús que con su presencia calma el miedo a los de
la barca, podrá decir luego a las gentes que el que ve al Hijo del Hombre y
cree en él, tiene vida eterna.
Por eso los dos signos son imprescindibles para no
decepcionarse ante las palabras de Jesús.
Para
reflexionar:
¿Creemos en los milagros? ¿Sirven para tener fe? ¿Solo
son creíbles desde la fe? El milagro ¿es más que algo portentoso, qué sentido
tiene?