El autor del Apocalipsis, Juan, tiene una visión: “Vi en la
mano derecha del que está sentado en el trono un libro escrito por dentro y por
fuera, y sellado con siete sellos” (Ap 5,1).
Es un libro sellado y oculto por su importancia: contiene el
proyecto de Dios sobre la humanidad. El Cordero (Jesucristo resucitado) es el
único “capaz de abrir el libro y sus siete
sellos” (Ap 5, 5) y revelar su
contenido.
El Cordero va abriendo uno a uno los 7 sellos y al hacerlo, van
desfilando ante nosotros los distintos elementos que intervienen en el drama de
la historia. Son las fuerzas del bien y del mal que luchan por dominar la vida
de los seres humanos.
Cuando se abre el primero aparece un caballo blanco, que vencerá (“y salió como vencedor y para vencer otra
vez” Ap 6,2); al abrir el segundo sello aparece un caballo rojo que expresa
la violencia y la sangre (“y al jinete
se le dio poder para quitar la paz de la tierra y hacer que los hombres se
degüellen unos a otros” Ap 6,4); al
abrir el tercer sello se ve un caballo negro que provoca injusticia (“el jinete tenía en la mano una balanza” Ap 6,5); y al
abrir el cuarto sello aparece un caballo amarillento cuyo jinete se llamaba muerte (“Se les dio potestad sobre la cuarta parte
de la tierra, para matar con espada, hambre, epidemias y con las fieras
salvajes” Ap 6,8).
A pesar de que las imágenes y visiones que aparecen producen
escalofríos, este libro es optimista y lleno de esperanza, en el que Cristo, como
caballero victorioso (jinete blanco) se enfrenta a los poderes del mal y de la
muerte (los otros 3 jinetes). Aunque esta batalla entre Cristo y los otros 3
caballeros llamados guerra, injusticia y muerte no ha sido aún definitivamente
vencida.
Jesús “el que
es, el que era y ha de venir, el todopoderoso” (Ap 1,8), es el pasado, el presente y el futuro, es el Señor de la
historia. Esa es nuestra esperanza, saber que Jesucristo ya venció, vence y
vencerá al mundo.
El Apocalipsis nada tiene que ver con fantasías sobre
la destrucción del mundo. Suceda lo que suceda, al final de todo se halla Dios.
Solo Cristo muerto y resucitado posee las claves para
darnos a entender el misterioso proyecto que Dios tiene sobre la humanidad.
Nos revela que la acción liberadora de Dios encuentra
en la historia fuerzas negativas. Pero Cristo, Señor de la historia, ya ha
salido para vencer y hará justicia a las comunidades perseguidas y a sus mártiresPara reflexionar: