lunes, 1 de octubre de 2012

VOLUNTARIOS DE CÁRITAS



Para ser voluntario de cáritas hay que ser cristiano, pues para tener caridad hay que amar como Dios ama, y esto es una gracia que se nos da cuando somos bautizados. 
Por el bautismo quedamos transformados y unidos a Jesucristo (cristificados), de forma que asimilamos el ser personal de Jesús y tenemos sus mismos sentimientos e igual actitud.
Por eso el voluntario de cáritas siente y actúa igual que Jesús, que es el buen samaritano que se acerca al pobre, al ciego, al pecador… para curar las heridas que puedan tener. 
El voluntario pertenece a una comunidad parroquial para vivir la fe, la esperanza y la caridad, por tanto, debe ser consciente que la acción caritativa está en la comunidad. Todo lo que hace es desde su comunidad parroquial, pues es en donde vive el servicio a los pobres como un proceso de seguimiento a Jesús.
Vive el compromiso de servicio a los pobres como un encargo de la comunidad que ha asumido el amor y predilección por los pobres.
La acción caritativa que desarrolla el voluntario, más que una opción personal es una llamada que se recibe de parte de Dios para seguir a Jesús.
También se debe tener en cuenta que la práctica de la caridad no son sólo decisiones y actos personales del voluntario, sino que hay también una acción del Espíritu Santo que habita en él.
Es necesario que el voluntario de cáritas posea unos rasgos que lo identifiquen como tal: debe tener experiencia de compartir, vivir con austeridad y sencillez, ser cercano a los pobres, estar disponible a la voluntad de Dios, ser generoso y entregarse desinteresadamente.
Además, debe tener el hábito de la oración, y saber que su misión de compromiso con los pobres es un don y un encargo de Dios.
Los grupos de cáritas necesitan mucha oración para ver las cosas con los ojos de Dios y, además de atender y acompañar a los pobres, han de reunirse periódicamente para formarse y revisar lo que van haciendo a la luz del evangelio.
Estos grupos deben realizar una labor informativa y formadora en la comunidad cristiana, pues la respuesta a los pobres es de toda la parroquia.
Se deben buscar más medios, más voluntarios, mejor organización… pero ante todo más fe, más comunicación y confianza con Dios.
Si estamos unidos a Cristo, actuaremos como Él, y cáritas será la acción de Jesucristo en nuestro mundo. Él es el protagonista y los demás sus colaboradores.
Para reflexionar:
¿Quién es el que decide ser voluntario de cáritas?
¿Se puede trabajar en cáritas con cualquier identidad personal?
¿Qué es lo más necesario en los grupos de cáritas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario