Para ser voluntario de cáritas hay que ser cristiano, pues para tener
caridad hay que amar como Dios ama, y esto es una gracia que se nos da cuando somos bautizados.
Por el bautismo quedamos transformados y unidos a Jesucristo (cristificados), de forma que asimilamos el ser personal de Jesús y tenemos sus mismos sentimientos e igual actitud.
Por el bautismo quedamos transformados y unidos a Jesucristo (cristificados), de forma que asimilamos el ser personal de Jesús y tenemos sus mismos sentimientos e igual actitud.
Por
eso el voluntario de cáritas siente y actúa igual que Jesús, que es el buen
samaritano que se acerca al pobre, al ciego, al pecador… para curar las heridas
que puedan tener.
El voluntario pertenece a una comunidad parroquial para vivir la fe,
la esperanza y la caridad, por tanto, debe ser consciente que la acción
caritativa está en la comunidad. Todo lo que hace es desde
su comunidad parroquial, pues es en donde vive el servicio a los pobres como un
proceso de seguimiento a Jesús.
Vive el compromiso de servicio a los pobres como un encargo de la
comunidad que ha asumido el amor y predilección por los pobres.
La acción caritativa que desarrolla el voluntario, más que una opción
personal es una llamada que se recibe de parte de Dios para seguir a Jesús.
También se debe tener en cuenta que la práctica de la caridad no son
sólo decisiones y actos personales del voluntario, sino que hay también una
acción del Espíritu Santo que habita en él.
Es necesario que el voluntario de cáritas posea unos
rasgos que lo identifiquen como tal: debe tener experiencia de compartir, vivir
con austeridad y sencillez, ser cercano a los pobres, estar disponible a la
voluntad de Dios, ser generoso y entregarse desinteresadamente.
Además, debe tener el hábito de la oración, y saber que
su misión de compromiso con los pobres es un don y un encargo de Dios.
Los grupos de cáritas necesitan mucha oración para ver las
cosas con los ojos de Dios y, además de atender y acompañar a los pobres, han
de reunirse periódicamente para formarse y revisar lo que van haciendo a la luz
del evangelio.
Estos grupos deben realizar una labor informativa y
formadora en la comunidad cristiana, pues la respuesta a los pobres es de toda
la parroquia.
Se deben buscar más medios, más voluntarios, mejor
organización… pero ante todo más fe, más comunicación y confianza con Dios.
Si estamos unidos a Cristo, actuaremos como Él, y cáritas
será la acción de Jesucristo en nuestro mundo. Él es el protagonista y los
demás sus colaboradores.
Para
reflexionar:
¿Quién
es el que decide ser voluntario de cáritas?
¿Se
puede trabajar en cáritas con cualquier identidad personal?
¿Qué
es lo más necesario en los grupos de cáritas?
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