lunes, 10 de diciembre de 2012

MISA (II)



Comienzo de la Misa:
Rito de entrada: va desde la procesión de entrada hasta la oración colecta.
Todos Los ritos de entrada nos ayudan a caer en la cuenta que somos una asamblea cristiana llamada por el Señor.
Preside la asamblea el mismo Cristo presente en el obispo o presbítero, que actúa en persona Cristo cabeza, y todos en la asamblea tienen parte activa, cada uno a su manera.
El canto de entrada nos une en una sola voz y nos ayuda a centrarnos en lo que vamos a celebrar.
El sacerdote se santigua y nos saluda (la oración del sacerdote manifiesta el deseo de la asamblea). Nos dice que estamos reunidos aquí y que nuestro deseo es que el Señor esté con vosotros.
Que el Señor está con nosotros no es sólo declarar una realidad (que Dios está presente en la asamblea), sino expresar el deseo de la Iglesia que está llamando al Señor y éste se hace presente.
Después del saludo todos se disponen interiormente por un acto de conversión a Dios y a los hermanos en el acto penitencial, pedimos perdón a Dios.
Sigue la celebración con el canto del Gloria y la oración colecta.
La oración colecta recoge la oración del corazón de cada uno, y elevamos nuestro corazón, por Cristo, al Padre, haciendo también cada uno suya la oración de los demás.
Termina con el amén, afirmación que hace la asamblea de su oración al Padre en unión con Cristo.
Primera parte: Liturgia de la Palabra:
La liturgia de la palabra la forman las lecturas y la homilía, y en ella la Iglesia hace memoria de la historia de la salvación.
Abarca desde la primera lectura hasta que termina la oración universal o de los fieles.
La oración inicial nos ha recogido en actitud de escucha, y caemos en la cuenta que es Cristo quien habla.
El corazón se abre para acoger la Palabra de Dios y hacerla vida, con la intención de que el sacramento actúe en nosotros, que actúe el misterio salvador que proclama la Palabra. De forma que la Palabra nos va haciendo comprender y desear que, después, al participar en la comunión, Cristo nos atraiga y una a él.
Esta escucha de la Palabra de Dios tiene una respuesta en la asamblea, con 3 elementos:
El primer elemento es la meditación del salmo responsorial. Es acoger haciendo oración lo que se nos ha dicho en la primera lectura.
El segundo elementos es el credo. La profesión de fe es una respuesta a la Palabra de Dios, ya que hemos acogido su Palabra con fe y respondemos diciendo que creemos.
El tercer elemento es la oración universal o petición de los fieles. Es oración de los fieles porque éstos interceden por la salvación del mundo, en función de su sacerdocio bautismal.
Para reflexionar:
¿Acogemos la Palabra de Dios para después vivirla?
¿Formamos una unidad con toda la Asamblea y hacemos nuestra las peticiones de todos?

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