miércoles, 27 de agosto de 2014

ESTRUCTURA LITERARIA DEL PADRE NUESTRO

Los Evangelios tienen una peculiar forma de presentarnos la oración del Señor, el Padrenuestro.
Para comprender mejor su contenido podemos comparar la estructura literaria del Padre Nuestro con una «menorá» (el candelabro judío de siete brazos, en el que el primero está unido con el séptimo, el segundo con el sexto, el tercero con el quinto y el cuarto da cohesión a todo el conjunto). De la misma manera, las peticiones del Padre Nuestro tienen una clara correspondencia entre sí.
A Dios Padre le dirigimos estas 7 peticiones: Santifica tu Nombre (1). Establece tu Reinado (2). Realiza tu Voluntad (en la tierra como en el cielo) (3). Da a nosotros hoy el pan que necesitamos (4). Perdona a nosotros las ofensas (como nosotros perdonamos) (5). No dejes caer a nosotros en tentación (6). Libra a nosotros del mal (7).
Porque queremos que Dios manifieste su santidad (1), que establezca su reinado (2), y que realice su proyecto sobre nosotros (3); pedimos perdón por las veces que no hemos vivido conforme a dicha voluntad (5), suplicamos ayuda para no rechazar el reinado y las leyes de Dios, equivocando el camino (6) y pedimos ser librados del Enemigo, que es lo contrario de Dios (7).
En torno a la petición central (4) se forman dos bloques de tres peticiones, pero entre las peticiones del primer bloque y las del segundo se establecen relaciones opuestas.
Donde Dios está (petición 1, en la que el Nombre de Dios es Dios mismo), no hay sitio para el mal (petición 7 sobre el Maligno).
Nuestra actitud ante el Reino de Dios (petición 2) y ante la tentación (petición 6), es que somos tentados a rechazar el reinado de Dios sobre nuestras vidas y dejar que “otros” ocupen el lugar que sólo corresponde a Dios.
Por último, si pedimos a Dios que realice su voluntad (petición número 3), hemos de reconocer antes las deudas que tenemos con él (las veces que no hemos cumplido su voluntad, petición número 5).
Las tres primeras piden cosas buenas, están en singular y se refieren a Dios (santifica tu Nombre, establece tu Reino, realiza tu Voluntad), mientras que las tres últimas piden ser librados de cosas malas, están en plural y se refieren a nosotros (perdona a nosotros las ofensas, saca a nosotros de la tentación, libra a nosotros del mal).
La petición central (da a nosotros hoy el pan) es la clave de lectura que une las dos partes, haciendo de bisagra entre las dos secciones: está en plural (como las tres últimas), pero pide cosas buenas (como las tres primeras).
Para reflexionar:
Cuando rezamos el Padre Nuestro ¿nos damos cuenta de la unidad que hay y de que todas las peticiones están interrelacionadas? 

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