sábado, 11 de agosto de 2012

CONVERSIÓN


Es la moral que llama e invita a cambiar de vida, ya que la finalidad de la moral es el seguimiento de Cristo: la conversión.
Convertirse es cambiar. Cambiar la mentalidad y el corazón, las intenciones y las actitudes, los criterios de comportamiento y los comportamientos, pues si no cambiamos los comportamientos lo demás es mentira, la prueba de la conversión es la vida.
La conversión es una experiencia vital. El hombre va por su camino y Dios le sale a su encuentro y le llama, entonces tiene que detenerse, volverse hacia Dios y escuchar su Palabra (esta es la experiencia de conversión), para al final, decidir y actuar con arreglo a aquello que ha experimentado.
Necesitamos la gracia de Dios para convertirnos, para poder darle respuesta.
Hay 2 tipos de conversión, la de fe, que es pasar de no creer a creer, y la moral, que es pasar de hacer cosas mal a hacerlas bien.
Entre ambas conversiones existe una relación, pues al estar la fe relacionada con las obras, la conversión de fe se debe transformar en una conversión moral o de obras.
Una experiencia de fe que no cambia la vida no es conversión. Si la prioridad en nuestra vida no es Dios, es que aún no hemos  iniciado el camino de conversión.
La conversión es que lo que atraiga nuestra vida sea Jesús, que busquemos su voluntad, amarle… es descubrir que Dios es el tesoro de nuestra vida y que merece la pena dejarlo todo por él.
El encuentro del joven rico con Jesús, es el que nosotros tenemos con el Señor cada vez que nos invita, a través de los acontecimientos, a la conversión. Es una llamada del Señor a seguirle.
Para seguirle no basta el aprendizaje teórico, haca falta la adhesión personal al Maestro: ven y sígueme, y además, déjalo todo y carga con tu cruz. Entrega tu vida.
El Señor, más que actos concretos nos pide una conversión, un talante durante toda la vida.
Para reflexionar:

¿Estamos en proceso de conversión o pensamos que ya estamos convertidos?
¿De qué o de quien depende que nos convirtamos?
¿En qué nos damos cuenta que estamos en proceso de conversión?
¿Qué tipo de vida debemos llevar para poder decir que estamos convertidos?

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