Los profetas fueron los que dieron al pueblo de
Israel la conciencia del significado de su historia.
La palabra profeta significa hablar en vez de, ser
portavoz de.
En un principio el profeta era una institución y
estaba junto al rey, luego se convertirá en carisma, dando así comienzo el profetismo bíblico.
Natán está en la corte de David y actúa como
profeta institucional, hasta que Dios le habla y pasa a la profecía
carismática.
Ante el acomodo palaciego de los profetas, surgen
Elías y Eliseo que optaron por salir de la corte, vivir pobremente, denunciar
abusos y responder a las consultas de los que se les acercaban.
El profeta se aparta de la corte y se convierte en
profeta para todo el pueblo. Lo que dice el profeta se pone por escrito, pues
sus palabras que se han dicho para el presente, tienen implicaciones futuras.
Tras el reinado de Salomón el reino se divide en 2, el del norte
o Israel y el del sur o Judá. Es una época en la que el incumplimiento de la Alianza provoca desigualdad
social y un aumento de la idolatría (sobre todo en el norte con el culto a los
baales).
Esto lleva a un
distanciamiento entre pobres y ricos y a cultos idolátricos, que influye en el pueblo de Israel. El profeta denuncia esta injusticia e idolatría.
El profeta no es un adivino, pues más que predecir
el futuro, lo que hace es hablar en nombre de Dios. Ni es un anunciador del
Mesías, ya que las profecías mesiánicas ocupan parte del mensaje profético, pero
no es el tema más importante.
Su fidelidad a Dios hace que el profeta aparezca
como solitario y apartado o enfrentado a la sociedad. Es un hombre inspirado, que tiene
conciencia de que es Dios quien le habla y de que él es sólo su portavoz.
Son personajes públicos, ya que su deber de
transmitir la Palabra
de Dios les pone en contacto con los demás.
El mensaje de denuncia ocasiona al profeta la persecución
de los dirigentes, y a veces de todo el pueblo.
Como la profecía es un carisma, no está ligada a
ninguna condición social, religiosa, cultural o política, sólo precisa la
vocación previa del profeta por parte de Dios.
Para reflexionar:
¿Sirvieron los profetas para ir dando a conocer a
Dios e ir revelando su plan de salvación?
¿El Dios que nos presentan los profetas es distinto
del que nos habla Jesús?
¿Hay profetas ahora? ¿Nosotros podemos ser
profetas?
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