Mt 5,4: Bienaventurados
los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Mansos
son los sufridos, los humildes, los pobres de Dios. Son los que confían en
Dios, reconocen y aceptan sus limitaciones, no miran a nadie por encima del hombro,
saben que su misión es servir y viven para los demás. No son por ello
conformistas o cobardes.
En
el libro de los Números aparece Moisés como un hombre muy humilde, el más
humilde de la tierra. Si Jesús es el nuevo Moisés, le tiene que
superar en humildad, por eso dice de sí mismo que es manso y humilde de
corazón.
En
la profecía de Zacarías se dice: alégrate hija de Sión… mira a tu rey que viene
modesto cabalgando en un pollino… dominará a las naciones de mar a mar.
Zacarías
nos viene a decir que a Jerusalén va a llegar un rey pobre, que no gobierna con
poder político o militar, que es humilde y manso ante Dios y los hombres, que
entra en un burro, y que va a establecer la paz en todo el universo, de mar a
mar, a todas las naciones.
Esto
se cumple cuando Jesús entra en Jerusalén humilde montado en un asno.
La
palabra mansedumbre nos descubre la esencia de la realeza de Jesús, y nos llama
a seguir a Aquel que entrando en una borrica nos manifiesta cómo es su reinado.
Es un rey humilde que nos da confianza para acercarnos a él.
La
promesa para los que son mansos es que heredarán la tierra.
Tierra
y libertad van unidas, si no hay tierra no hay libertad.
Cuando
el pueblo de Israel está en Egipto reconocen que son esclavos porque no tienen libertad
para adorar a Dios y celebrar el culto.
Los
judíos tenían unas promesas heredadas de Abraham de ser el pueblo elegido por
Dios, se les promete una tierra para que sea un lugar de obediencia, un espacio
abierto a Dios para liberarse de la idolatría.
Por
eso quieren una tierra, para relacionarse con Dios y darle el culto debido sin
mezclarse con el culto a otros dioses.
Posteriormente
en el destierro de Babilonia descubrieron que se le puede dar a Dios culto en
cualquier sitio. Se va profundizando en la idea de la tierra cada vez menos
relacionada con la posesión nacional y cada vez más con el derecho universal de
Dios sobre el mundo.
El
mundo debe ser la tierra del rey que llega en un borrico, del rey de la paz,
por eso pertenece a los humildes y a los mansos. Ellos heredarán la tierra de
Dios, tierra donde abunda la caridad, el gozo, la unidad, la generosidad, la
verdad, la paz…
Mansos
son los que quieren relacionarse bien con los hombres y con Dios, por eso se
les promete la tierra, un lugar de relación con Dios y con las personas, en paz
y para siempre.
Para
reflexionar:
¿Hemos
descubierto que el rey que nos debe gobernar y al que debemos seguir, es aquel
que viene humilde y manso en una borrica?
¿Nuestra
relación con Dios y con los demás se basa en nuestra suficiencia y méritos, o en
sentirnos limitados y pequeños ante Dios?
Que palabra mas hermosa es Humildad y "entera", al ponerla entre comillas, no me refiero a su grandeza, que lo es y mucho mas, lo hago al considerarla casi inmaculada por el poco uso que hacemos de ella, pues ya me gustaría que los sufridos y pobres tuviésemos la corona grandiosa de la humildad. Saludos - J.M.Palomares
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