jueves, 10 de julio de 2014

TEORÍA DE LA DECISIÓN FINAL (JUICIO FINAL)



El hombre posee una unidad personal de alma y cuerpo, pero el alma (espiritual e inmortal) subsiste después de la muerte sin el complemento del cuerpo, tiene la posibilidad de amar y conocer, y goza de la contemplación de Dios a la espera del cuerpo que resucitará tras la victoria final de Cristo sobre la muerte en la Parusía.
Por tanto, en el momento de la muerte, hay una parte del hombre que sobrevive, es el alma, que abandona el cuerpo y se presenta ante Dios para ser juzgada y decidir su futuro.
De forma que, las almas de los justos que no tienen nada que purgar, inmediatamente después de la muerte ya participan de la vida de Dios, y las almas de los que mueren en pecado mortal van al infierno.
Pero en el momento de la muerte, el alma, que sigue teniendo voluntad y libertad, ¿puede arrepentirse y ser perdonada antes de que ocurra el primer juicio particular?
Los Santos Padres decían que cuando el alma sale de este mundo tras la muerte, ya no puede arrepentirse.
Santo Tomás dice que los ángeles son libres, pero que cuando toman una decisión es para siempre, no la pueden cambiar; y añade que nosotros al morir adquirimos esa psicología angélica, por lo que en el momento de la muerte, el alma, que aún está dentro del cuerpo ya no puede cambiar de decisión. Una vez separada del cuerpo el alma se dirige a Dios con la decisión final ya tomada.
Por tanto, la última decisión del alma, aún en el cuerpo, en el instante de la muerte es invariable y es la que presentaremos ante Dios en el juicio final.
Pero el Cardenal Cayetano (teólogo dominico del S. XVI) refuta esta teoría de Santo Tomás, y dice que en el último segundo de la vida, el alma sale del cuerpo y aún no está en la eternidad, y en ese momento el alma puede tomar la última decisión como ángel, sin posibilidad de cambiar. Esta es la hipótesis de la decisión final.
Por tanto, según Cayetano, ante la visión de Dios previa al juicio particular, el alma libre y con voluntad, puede tomar su última decisión.
¿Qué alma ante la visión de Dios podrá negarle aunque en la tierra lo haya hecho?
La Iglesia que tiene el poder de perdonar los pecados, tras la muerte ya no puede perdonar, escapa de sus posibilidades, por lo que esta teoría no es doctrina oficial de la Iglesia, queda en una hipótesis.
Ante esta reflexión, a nosotros nos queda confiar en que el Señor nos dará a todos la oportunidad para poder decirle sí o no. Dios no deja a nadie sin oportunidades suficientes para optar por él.
Y si tenemos el deseo de estar con Dios, lo normal es que nuestra vida haya estado orientada hacia él, y no renegaremos de Dios al final, sino que más bien puede ocurrir lo contrario.

Para reflexionar:
¿Cuál es la opción preferente por la que hemos optado en esta vida? 
El que ha negado a Dios y al prójimo en esta vida, al presentarse ante Dios  tras la muerte ¿tendrá la oportunidad de cambiar de opción?

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